Nota del Editor: La hora de los valores
Una crisis ocurre cuando se presenta una disrupción, o ruptura, de un equilibrio importante, en el orden establecido. En uno de nuestros boletines anteriores comentábamos que las crisis tienen tres etapas: la primera es la de “shock”, que a su vez tiene dos momentos, el de incredulidad y el de aceptación. La segunda es la de incertidumbre, donde oscilamos entre la ilusión, la apatía y el fatalismo. Esta etapa se caracteriza por lo que Víctor Frankl denominó “la existencia provisional”, en la que aparecen mezcladas emociones, sentimientos, pensamientos y conductas de diversa índole, tales como el pesimismo, las creencias mágicas (en astrólogos y adivinos), el “borreguismo” (abandonar y evitar, actuando como borregos) y el fanatismo.
Por último viene la etapa del desenlace, el cual puede ser positivo o negativo. La crisis pueden ser prolongadas en el tiempo, pero definitivamente no son eternas. Llega un momento en el que se presiente que no se puede mantener, por más tiempo, el estatus quo y que la situación actual tiene que tener un desenlace, bueno o malo. Es por eso que el propio Frankl decía que con el final de la incertidumbre, viene la incertidumbre del final.
¿Cómo prepararnos para un desenlace? Quienes han estudiado los comportamientos ante las crisis conocen de primera mano que, de la actitud que tomemos en el momento del desenlace, dependerá la forma como afrontemos el resto de nuestro futuro. Si nos quedamos en el pasado viviremos amargados y sin esperanzas. Si aprovechamos la crisis para derivar aprendizajes, tendremos la capacidad de construir un mejor futuro.
En esto juegan un papel fundamental los valores que podamos crear o reforzar en nosotros mismos, en nuestra familia y en nuestra sociedad. No podemos construir un futuro mejor sobre la base de unos antivalores. Mientras busquemos la riqueza fácil, actuemos improvisadamente, olvidemos la solidaridad, ignoremos la corrupción, fomentemos el amiguismo y el compadrazgo, como atajos para conseguir lo que queremos, y nos olvidemos de la importancia de la educación y del trabajo, de la planificación y la eficiencia, de la importancia de establecer prioridades y perseverar en nuestros objetivos, simplemente nos estaremos preparando para una nueva crisis, probablemente más intensa.
Las empresas privadas tienen un rol fundamental en la formación y reforzamiento de los valores. En nuestros países, donde las instituciones primarias en la enseñanza de valores, tales como la familia, el sistema educativo, las instituciones públicas, están ellas mismas en crisis, la empresa privada permanece como una esperanza de basamento para la reconstrucción de una mejor sociedad. Ojalá nuestros líderes empresariales comprendan ese rol. Eduardo Betancourt.
Hablemos de Estrategia y Productividad: (Video): Experiencias que cambian nuestra vida
Hay episodios que marcan un antes y un después en nuestra vida. En esta ocasión compartimos uno de ellos y las lecciones aprendidas. Les recordamos que los videos anteriores los pueden ver en este mismo sitio y en la página http://www.ciede.com
Cursos
Iniciamos el año con los cursos virtuales de Planificación Estratégica de Recursos Humanos y de Sistemas de Información de Recursos Humanos, dictados para el posgrado de Administración de Recursos Humanos de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela. En el próximo boletín indicaremos las fechas.
Tributo a Arévalo Reyes
El pasado mes de noviembre dejó de existir el ingeniero Arévalo Reyes. Integrante de la primera promoción de ingenieros de petróleo de la Universidad del Zulia, fue un destacado profesional. Sin embargo queremos referirnos a una etapa muy especial de su actuación. La nacionalización petrolera en Venezuela fue posible, entre otras cosas, por la cantidad y calidad del personal de ingeniería venezolano que trabajaba en las antiguas empresas trasnacionales petroleras. Pero eso no ocurrió por azar. La Ley de Ejercicio de la Ingeniería, en Venezuela, exigía que para qué un extranjero desempeñará un cargo de ingeniero debía contar con una autorización del Colegio de Ingenieros de Venezuela. Por mucho tiempo Arévalo presidió la Comisión de Autorizaciones de dicho Colegio, la cual elaboraba un plan progresivo, para garantizar el acceso de los ingenieros venezolanos a los puestos clave de la industria. Con tesón y prudencia, negociaba con las empresas está progresiva “venezolanización”, requisito indispensable para una nacionalización exitosa, que garantizara el desarrollo de empresas sólidas, capaces de actuar en el mercado internacional, como efectivamente ocurrió. Sin esa labor nunca se hubiera formado el capital humano que permitió colocar a PDVSA a la par de las grandes trasnacionales en el mundo. Paz a sus restos.
Estrategias empresariales: ¿Qué significa triunfar?
Frecuentemente repetimos que no es lo mismo tener objetivos que tener estrategias. En otras palabras que no todos los objetivos son estratégicos. El concepto moderno de estrategia está enfocado a la búsqueda del mejor posicionamiento valioso y sustentable posible para una empresa, en un periodo de tiempo. ¿Pero cómo sabemos que realmente estamos logrando ese posicionamiento? Usualmente se utilizan dos parámetros para establecerlo: el valor que la empresa aporta a sus accionistas, y a sus clientes, y la sustentabilidad de ese valor en el tiempo.
El cliente es quien determina qué valor le aporta una empresa. Su percepción es su realidad. De allí la importancia que tiene conocer cómo se forma esa percepción, que en definitiva estará determinada por sus necesidades, las expectativas que tiene acerca de cómo deben ser satisfechas y la información de la empresa le suministra.
Pero en el caso del valor que la empresa aporta a sus accionistas la situación es diferente. En las grandes empresas, que se cotizan en el mercado de valores, constituidas por millones de accionistas, usualmente el valor percibido está en función de la valorización que adquiera la empresa en la bolsa y de los dividendos que aporta, en comparación con el comportamiento del promedio de las mejores empresas en ese sector. De allí que se critica que las juntas directivas prestan más atención a Wall Street, que a la visión a largo plazo del desarrollo sano de la empresa. Sin embargo, la valoración de la empresa en la bolsa, en comparación con otras opciones que tienen los inversionistas, es lo que decide si su dirección está triunfando, o no.
Diferente es el caso de las empresas privadas. Los propietarios de la empresa, usualmente, también son sus directivos y ellos mismos deben decidir qué significa triunfar. No siempre la motivación económica es la única razón para constituir, invertir o mantenerse como propietario de una empresa. Pudiera ser la principal (y no siempre lo es), pero frecuentemente hay una variedad de razones por las cuales deciden hacer su emprendimiento y mantener su participación.
Si examinamos la pirámide de necesidades de Maslow, la parte económica apenas sirve para la satisfacción de las necesidades básicas. Por encima hay otro conjunto de necesidades, que van desde la de aceptación y reconocimiento, hasta las de autorrealización. Más aún, para cada accionista esta necesidades pueden tener un peso diferente. El valor que le aporta la empresa al accionista está relacionado con la percepción de cómo, y hasta qué punto, cada uno de ellos esta satisfaciendo esas necesidades en función de sus expectativas. Por ejemplo, para algunos accionistas el prestigio, el tamaño o el poder de la empresa, puede ser tan, o más importante, que la rentabilidad.
Por esa razón empresas similares pueden tener estrategias diferentes, ya que, bajo la óptica de sus directivos, lo que para unos es un buen posicionamiento, para otros es una posición pobre. De allí que el significado de triunfar, en el campo empresarial, puede ser diferente, para diferentes grupos de accionistas. Determinar lo que para un grupo específico significa triunfar es una definición importante en el momento de establecer estrategias y objetivos estratégicos.
Tendencias: El acuerdo de París
El acuerdo logrado por 195 países, incluyendo las grandes potencias mundiales, para limitar el calentamiento global para fines de siglo a menos de 2 °C, ha sido calificado de histórico. Si seguimos la tendencia actual podría ser superior a 4 °C, produciendo deshielo de glaciales, aumento del nivel del mar, desaparición de islas y sectores costeros, además de otros fenómenos climáticos tales como sequías, inundaciones y olas de calor.
Para lograr esa desaceleración, e incluso limitarla a 1. 5 °C, como es la aspiración, es preciso reducir las emisiones contaminantes de efecto invernadero. Los países que más contaminan son, en primer lugar, China, seguida por los Estados Unidos, la Unión Europea e India. América Latina apenas es responsable por un 10% de dichas emisiones, sin embargo, según James Painter, de BBC Mundo, está afectada de cinco maneras diferentes, por el acuerdo.
La primera es por clima extremo y el descongelamiento. El clima extremo ha impactado especialmente a los países de Centroamérica, mientras que las personas que viven en los países andinos se encuentran vulnerables al descongelamiento de los glaciares.
La segunda forma como el acuerdo afecta es porque prevé una meta de aporte de los países ricos, de al menos 100 millardos de dólares anuales, a los países pobres para que luchen contra el cambio climático, a partir de 2020.
Un tercer aspecto, que afecta a latinoamerica, es que para limitar la emisión de gases de efecto invernadero será necesario evitar el uso del petróleo, el gas y el carbón, y utilizar energías renovables. Esto impacta directamente las economías de países como Venezuela, México, Perú, Colombia y Bolivia que dependen en mayor o menor grado del petróleo y el gas.
Un cuarto impacto del acuerdo está referido a la selva amazónica. Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia y Colombia recibirán ayudas para intentar de reforestarla y protegerla, y por supuesto evitar la deforestación.
Y un quinto impacto es que los países deberán someter sus compromisos, de cómo lograr esta reducción. A partir del año 2023 se realizarán revisiones cada cinco años. Sin embargo, hay una revisión voluntaria para el año 2018. Al menos 186 países han presentado sus planes, lo que representa más del 95% de las emisiones del planeta. Del continente americano los únicos países que no han hecho sus propuestas ante la ONU, son Venezuela Nicaragua y Panamá.
El acuerdo de París probablemente modificará varias tendencias. Merrill Lynch considera que hay varios sectores envueltos en este impacto, tales como los dedicados a la eficiencia energética y vehículos de próxima generación, energía eólica, solar, nuclear e hidráulica y el desarrollo de tecnologías limpias diversificadas.
Por su parte, los productores de petróleo, gas y carbón, se verán afectados en el mediano plazo, por la baja del consumo, a menos que se desarrollen tecnologías viables, a nivel comercial, para la captura y disposición segura de las emisiones de carbono. Algunos investigadores, como los de University College London, sugieren que gran parte de las actuales reservas de hidrocarburos permanecerán bajo tierra, sin ser explotadas, poniendo fin a la era del petróleo, lo cual confirmaría aquella advertencia de que la edad de piedra no finalizó porque se agotaron las piedras.
Humor en tiempos de cólera
Pablo era un joven soltero que vivía en su casa, junto a su padre, y trabajaba en el negocio de la familia.
Un día, en un almuerzo de negocios, se cruzó con la mujer más hermosa que jamás haya visto. Su belleza lo dejó sin aliento. Para conquistarla le dijo:“Puede que yo parezca un hombre ordinario, pero cuando mi padre muera, heredaré 200 millones de dólares.”
Impresionada por lo que acaba de escuchar, la mujer le pidió su tarjeta de presentación… y una semana más tarde se convirtió en su madrastra.